- Viajes y Tips Newsletter
- Posts
- Capítulo 10: Un paraíso con trampa
Capítulo 10: Un paraíso con trampa
Y cómo las apariencias engañan 😅


¡Hola, viajero/a!
En la historia de hoy veréis como, en segundos, una tarde puede complicarse. Recuerda que cada semana os enviamos una anécdota NUNCA CONTADA ANTES con una moraleja final y consejo viajero que podéis utilizar. Si quieres leer otros capítulos anteriores puedes hacer clic aquí.
En la Newsletter de hoy:

Lo que nos ocurrió en Asia - Capítulo 10:
Un paraíso con trampa

Era allá por 2019, en nuestra primera vez en el Sudeste Asiático. Luego de recorrer el norte de Tailandia y hacer una escapada express a los increíbles templos de Angkor, en Camboya, llegamos a Krabi, listos para explorar sus islas paradisíacas. Habíamos tenido días espectaculares en playas de ensueño y nos quedaba una última excursión antes de seguir nuestro viaje.
Dimos con una agencia española con muy buenas críticas. Era más cara que las demás, pero prometían un recorrido diferente, lejos de las masas de turistas. Dudamos, claro, porque más de una vez nos habían vendido la misma historia y terminaba siendo "más de lo mismo". Aun así, decidimos probar.
A las 7 de la mañana, nos encontramos con nuestro grupo. Como era de esperarse, salvo tres turistas de otros países, todos eran españoles. Uno de los dueños de la agencia sería nuestro guía. Nos recibió con una sonrisa y nos explicó el itinerario, haciendo hincapié en que su excursión era única. No íbamos a seguir las rutas habituales. Íbamos a ver las playas de Tailandia "de verdad".
Y cumplió. Durante horas, recorrimos el mar sin cruzarnos con nadie. Hicimos snorkel en aguas cristalinas y disfrutamos de una pequeña playa paradisíaca completamente para nosotros. Allí comimos, nos relajamos y contemplamos el paisaje. Sin duda, la mejor excursión hasta el momento. Pero lo que no sabíamos era que nos esperaba una “pequeña sorpresa”.

Uno de los spots de la excursión
Después de comer, el guía nos anunció que, en vez de regresar, nos llevaría a un punto especial de snorkel, uno de sus favoritos. Esto significaba alargar la excursión una hora más, pero todos aceptamos encantados.
Al llegar, el barquero tailandés nos advirtió que era mejor no bajar, ya que el estado de la marea no le gustaba. El guía, con el entusiasmo a tope, decidió ignorarlo. Se lanzó al agua, metió la cabeza y, tras unos segundos, emergió con un grito de emoción:
— ¡VENGAN, HAY UNA FAMILIA DE NEMOS!
La emoción invadió a todo el mundo. Antes de saltar, el guía nos reunió y nos dio un discurso serio:
— Es muy importante que me sigan en todo momento. Yo soy el líder. No se separen, yo estaré atento a todos.
Confiados, nos lanzamos al agua y comenzamos a nadar tras él. Al principio, no vimos muchos peces ni corales impresionantes, pero seguimos avanzando con la esperanza de encontrar algo espectacular.
Y entonces, lo sentimos. Un pinchazo. Otro. Y otro. Y otro más.
Nos miramos confundidos. No veíamos nada, pero la sensación era como si nos quemaran con cigarrillos bajo el agua. Pronto, los pinchazos se hicieron constantes, insoportables. Algo nos estaba atacando. Y lo peor: no teníamos ni idea de qué era.
El grupo entero empezó a agitarse, a preguntarse en voz alta qué estaba pasando. Y en ese momento, ocurrió lo impensable. Nuestro guía, el que nos había insistido en que lo siguiéramos, gritó de pánico y huyó nadando hacia el barco como si su vida dependiera de ello.
El líder.
El que no debíamos perder de vista.
Nos había abandonado.
La escena fue un caos. Al ver al guía escapar despavorido, todos entraron en crisis. La única opción era volver al barco cuanto antes. Nadamos como locos, pero los pinchazos no paraban. Uno tras otro, como descargas eléctricas.
Y entonces, en medio del pánico, nos topamos con un banco de medusas.
Era una trampa mortal. Decenas de personas desesperadas tratando de esquivarlas mientras las picaduras invisibles seguían cayendo sobre nosotros. Fue una lucha caótica, un infierno submarino.
Cuando por fin llegamos al barco, la escena era desoladora. Habíamos entrado al agua con la piel bronceada y habíamos salido con el cuerpo cubierto de ronchas. Una chica alérgica estaba irreconocible, completamente inflamada. El guía intentó restarle importancia, pero apenas pasaron unos minutos, él mismo no pudo soportarlo más. Se tiró agua dulce con desesperación y le rogó a la chica por su talco para aliviar la picazón. Se lo echó por todo el cuerpo.
Las ronchas del plancton
La vuelta a la costa fue en silencio. El guía ya no volvió a hablar con nosotros y lo único que se escuchaba eran las quejas de dolor de todos los que nos rodeaban. Al principio, pensamos que habían sido medusas invisibles. Pero cuando volvimos a tierra firme y fuimos a una farmacia, nos dieron la respuesta: Había sido el plancton.
Microscópico, invisible. Habíamos tenido pequeños pinchazos días antes en el agua, pero esto fue una masacre. Nunca entendimos por qué ese día el plancton decidió atacarnos con semejante brutalidad. En dos años viajando por el Sudeste Asiático, apenas nos volvió a pasar unas pocas veces, y como mucho un par de pinchazos.


Moraleja y Aprendizaje de la Historia
Si viajas al Sudeste Asiático, te va a picar el plancton en algún momento. Es inevitable. Si no eres alérgico, lo sentirás como la picadura de un mosquito. Pero si tienes mala suerte y el plancton decide que ese día quiere darte una lección, prepárate. Porque te vas a acordar de él durante semanas.
A veces, lo más pequeño puede causar el mayor impacto. En el mar, en los viajes y en la vida, no siempre vemos venir los problemas… pero cuando llegan, lo único que nos queda es aprender, reírnos después y llevar siempre un buen botiquín con nosotros.
Posts Relacionados del Blog
Haz clic para ir directamente al contenido gratuito del blog ▽

Ahorra con Nuestros Descuentos Viajeros
▶︎ Descuento 15% Seguro de Viajes [PROMO ESPECIAL🤑]
▶︎ Descuento 5% Holafly [Internet Viaje]
▶︎ Otros Descuentos
Accede aquí para ver todos los descuentos viajeros que tenemos disponibles en el blog.

¿Quieres colaborar con nosotros? Escríbenos a [email protected]